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  ESPAÑOL SECUNDARIA
 

 

Lengua Española

Indice
1. Introducción
2. Castellano O Español 
3. Historia
4. Dialectos
5. Apéndice
6. Clasificación Genética O Por Grupos De Familias  
7. Ortografía
8. Bibliografía.

1. Introducción  
Descripción temática: En el idioma español, la ortografía tiene un lugar social considerable. Es importante conocer sus normas.
Lengua española, lengua románica, derivada del latín, que pertenece a la subfamilia itálica dentro del conjunto indoeuropeo; es el idioma de España y de las naciones de Sudamérica y Centroamérica —excepto Brasil, las Guayanas y Belice—, y, en el Caribe, de Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana; cuenta con unos cuatrocientos millones de hablantes, entre los que se incluyen los hispanos que viven en Estados Unidos y algunos cientos de miles de filipinos, así como los grupos nacionales saharauis y los habitantes de Guinea Ecuatorial en la costa occidental africana.

2.
Esta lengua también se llama
castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas. Son esos hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua: castellano entendido como ‘lengua de Castilla’.Castellano O Español  

En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos castellano y español. En los primeros documentos tras la fundación de la Real Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de lengua española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado Alonso en un libro titulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma castellano representa una vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, Rufino José Cuervo o la argentina Mabel Manacorda de Rossetti.
Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer el carácter oficial de una lengua que tan abierta ha estado para acoger en su seno influencias y tolerancias que han contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños a calificarla como argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la fragmentación de un idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo. En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y el vasco, de origen desconocido.

Orígenes  
Como dice Menéndez Pidal "la base del idioma es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a.C., que se impuso a las lenguas ibéricas" y al vasco, caso de no ser una de ellas. De este substrato ibérico procede una serie de elementos léxicos autónomos conservados hasta nuestros días y que en algunos casos el latín asimiló, como: cervesia > cerveza, braca > braga, camisia > camisa, lancea > lanza. Otros autores atribuyen a la entonación ibérica la peculiar manera de entonar y emitir el latín tardío en el norte peninsular, que sería el origen de una serie de cambios en las fronteras silábicas y en la evolución peculiar del sistema consonántico.

Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el latín, voces helénicas han entrado en el español en diferentes momentos históricos. Por ejemplo, los términos huérfano, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar (verbos antiguos origen del moderno golpear), púrpura (que en castellano antiguo fue pórpola y polba) proceden de épocas muy antiguas, así como los topónimos Denia, Calpe. A partir del renacimiento, siempre que se ha necesitado producir términos nuevos en español se ha empleado el inventario de las raíces griegas para crear palabras, como, por ejemplo, telemática, de reciente creación, o helicóptero.

Entre los siglos III y VI entraron los germanismos, en su mayor parte a través del latín por su contacto, entre los siglos III y V, con pueblos bárbaros muy romanizados. Forman parte de este cuerpo léxico guerra, heraldo, robar, ganar, guiar, guisa (compárese con la raíz germánica de wais y way), guarecer y burgo, que significaba ‘castillo’ y después pasó a ser sinónimo de ‘ciudad’, tan presente en los topónimos europeos como en las tierras de Castilla, lo que explica Edimburgo, Estrasburgo y Rotemburgo junto a Burgos, Burguillo, Burguete, o burgués y burguesía, términos que entraron en la lengua mucho más tarde. Hay además numerosos patronímicos y sus apellidos correspondientes de origen germánico: Ramiro, Ramírez, Rosendo, Gonzalo, Bermudo, Elvira, Alfonso. Poseían una declinación especial para los nombres de varón en -a, -anis, o -an, de donde surgen Favila, Froilán, Fernán, e incluso sacristán.

Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco, idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al respecto. Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas particularidades gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano por dos motivos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. Del substrato vasco proceden dos fenómenos fonéticos que serán característicos del castellano. La introducción del sufijo -rro, presente en los vocablos carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español; se trata del fonema ápico-alveolar vibrante múltiple de la (r).

La otra herencia del vasco consiste en que ante la imposibilidad de pronunciar una f en posición inicial, las palabras latinas que empezaban por ese fonema lo sustituyeron en épocas tempranas por una aspiración, representada por una h en la escritura, que con el tiempo se perdió: así del latín farina > harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano; en vasco es irin.

La lengua árabe fue decisiva en la configuración de las lenguas de España, el español entre ellas, pues los árabes asentaron su dominio en la península durante ocho siglos. Durante tan larga estancia hubo muchos momentos de convivencia y entendimiento. Los cristianos comprendieron muy pronto que los conquistadores no sólo eran superiores desde el punto de vista militar, sino también en cultura y refinamiento. De su organización social y política se aceptaron la función y la denominación de atalayas, alcaldes, robdas o rondas, alguaciles, almonedas, almacenes. Aprendieron a contar y medir con ceros, quilates, quintales, fanegas y arrobas; aprendieron de sus alfayates (hoy sastres), alfareros, albañiles que construían zaguanes, alcantarillas o azoteas y cultivaron albaricoques, acelgas o algarrobas que cuidaban y regaban por medio de acequias, aljibes, albuferas, norias y azadones. Influyeron en la pronunciación de la s- inicial latina en j- como en jabón del latín ‘saponem’. Añadieron el sufijo -í en la formación de los adjetivos y nombres como jabalí, marroquí, magrebí, alfonsí o carmesí. Se arabizaron numerosos topónimos como por ejemplo Zaragoza de "Caesara(u)gusta", o Baza de "Basti". No podría entenderse correctamente la evolución de la lengua y la cultura de la península sin conceder a la influencia del árabe el lugar que le corresponde.

3. Historia  
En la formación del español cabe distinguir tres grandes periodos: el medieval, también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X y XV; el español moderno, que evolucionó desde el siglo XVI hasta finales del XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros días.

El castellano medieval  El nombre de la lengua procede de la tierra de castillos que la configuró, Castilla, y antes del siglo X no puede hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes dominios lingüísticos en la Península que pueden fijarse por el comportamiento de la vocal breve y tónica latina o en sílaba interior de palabra como la o de portam que diptongó en ué en el castellano, puerta, y vaciló entre ue, uo y ua en el leonés y aragonés (puorta) y mozárabe (puarta). En términos generales, se mantuvo la o del latín (porta) en la lengua del extremo occidental, el galaico-portugués —del que surgirían el gallego y el portugués—, y en el catalán del extremo oriental, que ejercería su influencia posterior por las tierras mediterráneas, fruto de la expansión política.

El castellano fue tan innovador en la evolución del latín como lo fueron los habitantes de Castilla en lo político. A esta época pertenecen las Glosas silenses y las Glosas emilianenses, del siglo X, que son anotaciones en romance a los textos en latín: contienen palabras y construcciones que no se entendían ya. Las primeras se escribieron en el monasterio benedictino de Silos, donde para aclarar el texto de un penitencial puede leerse "quod: por ke", "ignorante: non sapiendo"; las Glosas emilianenses se escriben en el monasterio de San Millán de la Cogolla o de Suso.

En el sur, bajo dominio árabe, las comunidades cristianas hablaban mozárabe. Heredado de la época anterior a la conquista musulmana, lo mantuvieron sin grandes alteraciones, bien por afirmación cultural que marcara la diferencia con las comunidades judía y árabe, bien por falta de contacto con las evoluciones que se estaban desarrollando en los territorios cristianos. En esta lengua se escriben algunos de los primeros poemas líricos romances: las jarchas, composiciones escritas en alfabeto árabe o hebreo, pero que transcritas corresponden a una lengua arábigo-andaluza. De los cambios fonéticos que se produjeron en esta época en el castellano, el más original consistió en convertir la f- inicial del latín en una aspiración en la lengua hablada, aunque conservada en la escritura.

El primer paso para convertir el castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León lo dio en el siglo XIII Alfonso X, que mandó componer en romance, y no en latín, las grandes obras históricas, astronómicas y legales. El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido. Distinguía entre una -s- sonora intervocálica, que en la escritura se representaba por s, como en casa, y una s sorda, que podía estar en posición inicial de palabra como silla, o en posición interna en el grupo -ns-, como en pensar o en posición intervocálica que se escribía -ss- como en viniesse. Las letras ç y z equivalían a los sonidos africados (equivalente a ts, si era sordo, y a ds, si era sonoro), como en plaça y facer. La letra x respondía a un sonido palatal fricativo sordo, como la actual ch del francés o la s final del portugués y también existía correspondiente sonoro, que se escribía mediante j o g ante e, i: así dixo, coger, o hijo. Distinguía entre una bilabial oclusiva sonora -b-, que procedía de la -p- intervocálica del latín o b de la inicial sonora del latín (y que es la que hoy se conserva), y la fricativa sonora, que procedía de la v del latín, cuyo sonido se mantiene hoy en Levante y algunos países americanos.

Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del latín y eran las preposiciones las que señalaban la función de las palabras en la oración. El verbo haber todavía tenía el significado posesivo tener, como en había dos fijos y se empleaba para tener y para formar las perífrasis verbales de obligación que originarían a partir del siglo XIV los tiempos compuestos; por eso, entre la forma del verbo haber y el infinitivo siguiente era posible interponer otro material léxico, hoy impensable, como en "Enrique vuestro hermano habia vos de matar por las sus manos". Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo; así se decía los sus ojos alza.

El español del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y de la Biblia que mandó traducir Alfonso X; uno de los manuscritos del siglo XIII se conserva en la biblioteca de El Escorial. Gracias al Camino de Santiago entraron en la lengua los primeros galicismos, escasos en número, y que se propagaron por la acción de los trovadores, de la poesía cortesana y de la provenzal.

El castellano moderno  La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma.

A esta época pertenecen el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español. Desaparece la aspiración de la h, cosa que testimonia la versificación. Se funden en un único fonema la s sonora y sorda, prevaleciendo el valor sordo. Las consonantes ç y z pasan a ser el fonema fricativo (con pronunciación equivalente a ts) que se escribirá ç durante el siglo XVI y pasará a tener el valor de la z (con su pronunciación actual) en el siglo siguiente, con lo que de esta manera se resolvió la vacilación ortográfica c, ç, z. Las variaciones fonéticas que representaban x, g, j, se solucionaron también en favor del sonido velar fricativo sordo que en el XVII pasa a tener la pronunciación y grafía actuales de g y de j. Desapareció asimismo la distinción -b-, -v- que se neutralizó en -b- durante el siglo XVI. En la morfología aparecieron los tiempos compuestos de los verbos, y se convierte en auxiliar el verbo haber. En la sintaxis el orden de los elementos de la oración se hace más rígido, y se anteponen los pronombres átonos a infinitivos y gerundios.

Desde el punto de vista del léxico, el español adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla. Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de Francisco Sánchez de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port-Royal, y, a principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento de su publicación.

En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del siglo XVIII. En esta etapa de la lengua se llegó al esplendor literario que representan los autores del siglo de oro. El léxico incorpora palabras originarias de tantas lenguas como contactos políticos tenía el imperio. Del italiano entran en el español desde el siglo XV al XVII los nombres de la métrica y preceptiva literaria como soneto, asonante, silva y lira, palabras relacionadas con las bellas artes como fachada, escorzo, medalla, piano. De otros campos léxicos son italianismos de la época centinela, alerta, escopeta, aspaviento, charlar, estropear y muchas más. Son galicismos paje, jardín, jaula, sargento, forja o reproche.

Los americanismos, que comienzan a entrar en el siglo XVI, ofrecen una lista referida a las realidades que en Europa no se conocían y que son españolismos tomados por las lenguas europeas como patata, cóndor, alpaca, vicuña, pampa, puma, papa (denominación afincada en Canarias para patata), que proceden del quechua y el guaraní. Los términos más antiguos, como canoa, ya citado en el diccionario de Nebrija, proceden de los arawak. A este conjunto pertenecen huracán, sabana, maíz, cacique, colibrí, caribe, enagua y caníbal. De la familia de lenguas náhuatl habladas por los nahuas, se incorporan hule, chocolate, tomate, cacao, aguacate y petate.

El español contemporáneo  En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que habían introducido los hablantes a lo largo de los siglos, siguiendo unos criterios de autoridad. En esta época ya había finalizado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.

Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y, gracias a la variación morfológica, los elementos de la oración se pueden ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios, desde la mayor violación sintáctica que representan el barroco del siglo XVII, los poetas de la generación del 27 y el lenguaje publicitario, hasta la imitación de los cánones clásicos, también violentadores del orden del español, que incorporaron los neoclásicos o los primeros renacentistas.

Coincidiendo con otro momento de esplendor literario, el primer tercio del siglo XX, aparecieron las nuevas modificaciones gramaticales que aún hoy están en proceso de asentamiento. De ellas cabe citar: la reducción del paradigma verbal en sus formas compuestas de indicativo y subjuntivo, la sustitución de los futuros por perífrasis verbales del tipo tengo que ir por iré, la práctica desaparición del subjuntivo, la reduplicación de los pronombres átonos en muchas estructuras oracionales y con verbos de significación pasiva, que están desarrollando una conjugación en voz media como en le debo dinero a María; la posposición casi sistemática de los calificativos, la reducción de los relativos, prácticamente limitados a que y quien en la lengua hablada. Junto a ello, la irrupción continua de neologismos, que nombran innovaciones técnicas y avances científicos, tiene dos momentos: los anteriores a la mitad del presente siglo, que contienen raíces clásicas como termómetro, televisión, átomo, neurovegetativo, psicoanálisis o morfema, y los neologismos apenas castellanizados, siglas y calcos del inglés y fruto de la difusión que de ellos hacen las revistas especializadas, la publicidad o la prensa, como filmar, radar, módem, casete, anticongelante, compacto, PC, o spot.

4. Dialectos  

Hasta la irrupción de la radio y la televisión en la sociedad —en la segunda mitad de este siglo—, era relativamente fácil diagnosticar por los hábitos fonéticos y la entonación la pertenencia de un determinado hablante a su correspondiente área dialectal. Hoy, aunque también se siguen dando estas diferencias, la imitación de la norma que esos medios han ido creando entre los hablantes, hace que la pertenencia a diferentes comunidades lingüísticas no sea tan clara ni tan rotunda.

Del mapa lingüístico medieval ibérico surgieron variedades lingüísticas, de la cuales, algunas se convirtieron en lenguas, y otras, con el paso del tiempo, se transformaron en dialectos de alguna de ellas. Entre las variedades relacionadas con el español se encuentran: el leonés, que se habló desde Asturias hasta las tierras de Cáceres y que, ya a finales del siglo XV, había dejado su lugar de idioma en pugna con el castellano para ocupar el puesto de mera variedad dialectal; el aragonés, con una situación análoga al leonés, que se habló en el reino de Aragón y cuyas fronteras naturales son los Pirineos por el norte, la cordillera Ibérica por el oeste y los límites de Cataluña y Valencia por el este. A partir del siglo XIV, como consecuencia de la conquista de Andalucía por los castellanos, surgió el andaluz, que integró algunos rasgos del mozárabe, como un auténtico dialecto del castellano. El extremeño, que empezó siendo una variedad fronteriza del leonés y el castellano se ha consolidado como uno de los pocos dialectos hoy todavía identificables por sus aspiraciones implosivas y su peculiar léxico. El riojano, que se habló en La Rioja, y que tan decisivamente influyó en el castellano escrito de los primeros tiempos, era una variedad dialectal del aragonés. Otro dialecto fronterizo aún vigente lo representa el murciano, en el que confluyeron el castellano, el aragonés y el valenciano, variedad catalana. En las islas Canarias existe el canario, cuya entonación, léxico y fonética influyeron en el español americano del istmo y norte de Sudamérica.

En el siglo XVI el castellano sirvió de base para la creación de un sabir o lengua de intercambio en el Mediterráneo. Un siglo después se configura otro sabir en el Caribe, que luego se criolliza para dar paso al papiamento de Curaçao. Los jesuitas que entraron en contacto con los indios guaraníes crearon otra lengua de intercambio conocida como lengua general. Un hecho análogo se dio en Filipinas, del que surgió otra lengua criolla que hoy está prácticamente perdida.

En cuanto al continente americano, no han faltado autores que calificaban de dialectos a cada una de las variedades lingüísticas que se han consolidado en los respectivos países. Pero, en rigor, no se puede hablar del dialecto argentino, sino del dialecto porteño, variedad popular de un barrio de Buenos Aires. Tampoco cabe hablar de grandes zonas dentro del español americano como el caribeño, andino, rioplatense, ecuato-peruano, mexicano o centroamericano, porque son imprecisas e imposibles de sistematizar. La dialectología del español en América debe hacerse por cada país antes de que la homogeneidad que imponen la radio, el cine y la televisión borren las fronteras dialectales que aún existen. El único rasgo común al español americano consiste en la práctica desaparición del fonema interdental fricativo sordo /z/, rasgo que comparte con el dialecto andaluz, extremeño y canario. Así pues, hablando con propiedad cabría decir lo contrario: en el español peninsular existe un fonema que no comparten la mayoría de los dominios lingüísticos de este idioma.

Gramática Española  
Desde el punto de vista de la clasificación de las lenguas, el español es una lengua flexiva, aunque en menor medida de lo que lo fue el latín. Es una lengua de acentuación fundamentalmente grave, es decir, acento en la penúltima sílaba, lo que no significa que no existan palabras agudas, muy numerosas, o esdrújulas, procedentes mayoritariamente de préstamos griegos. Conserva desinencias para el género, pero ha perdido el neutro en los nombres y los adjetivos y lo conserva en los pronombres como eso, lo vuestro, y en el artículo determinado lo, que se emplea como mecanismo nominalizador de adjetivos y de oraciones, a las que confiere una significación de totalidad y abstracción, como en lo que quieras.

Morfología y sintaxis  El nombre ya había perdido las desinencias de caso en el latín tardío del siglo VI. En su lugar el español, como las demás lenguas románicas mediterráneas, sustituyó por un procedimiento sintáctico lo que fue en principio morfológico, es decir, marcó con preposiciones más nombre las funciones gramaticales de sujeto, objeto directo, indirecto y complementos verbales de otra especie. En el caso de los objetos directos personales o afectivos usa la preposición a, como en el esquema querer a una persona y querer al gato; emplea a, asimismo, en el caso del objeto indirecto, como en, por ejemplo, dar algo a alguien; en el caso del sujeto, son las desinencias verbales las que llevan la marca del sujeto (comíamos, supone siempre un sujeto en primera persona del plural) y, sólo en el caso de necesitar especificarlo, es la posición del sujeto en la frase, antepuesto al verbo, el elemento que determina esta función. Por ejemplo, Los poblamientos humanos destruyen los bosques cambiaría su sentido si se escribiera al revés: Los bosques destruyen los poblamientos humanos; por lo tanto, el orden de los objetos que van pospuestos al verbo también es importante. Los demás complementos observan un orden bastante libre.

Una ordenación diferente y peculiar del sujeto está presente en las oraciones interrogativas del español que se habla en toda la zona de influencia del Caribe. Mientras que en las demás variedades del idioma el sujeto de una oración interrogativa va pospuesto al verbo de acuerdo con el esquema: pronombre interrogativo-verbo-sujeto, como ¿qué quieres tú?, en esa variedad el orden de la oración es: pronombre interrogativo-sujeto-verbo, como por ejemplo ¿qué tú quieres? No se trata, como algunos estudios señalaron, de ningún anglicismo sintáctico, sino de una evolución interna del idioma relacionada con otros hechos, como el cambio en la determinación y la pérdida de algunas desinencias verbales, consecuencia de la relajación de los fonemas finales y su consiguiente neutralización.

Los verbos redujeron a tres las cuatro conjugaciones del latín. Posee desinencias para las personas, el número, el tiempo, el modo y la voz. En el caso de la segunda persona, el español canario, andaluz occidental y americano, salvo algunas zonas colombianas, ha conservado las formas del siglo XVII y ha desarrollado una conjugación para el singular basada en la concordancia originaria con vos, segunda persona del plural; las formas correspondientes a tú se consideraron vulgares y hasta humillantes, y por esa razón la persona de confianza reconocida como digna de respeto fue tratada de vos; a su vez, las personas de menor confianza reciben el mismo tratamiento que en la península; son usted y concuerdan con la tercera persona. El cambio afecta por igual a la conjugación verbal y al paradigma de los pronombres personales y se denomina voseo al cambio en el empleo de tú por vos, tanto en el verbo como en los pronombres, así como en los posesivos que también necesitan la concordancia de persona. Hoy se observa una tendencia a aceptar el paradigma peninsular entre las clases urbanas y cultas, sobre todo entre las argentinas.

La voz verbal  En el caso de la voz, las cosas no son tan claras como aparecen en algunos manuales. La voz activa emplea haber como verbo auxiliar para formar los tiempos compuestos, lo que permite a ciertas escuelas lingüísticas hablar de desinencias discontinuas o morfemas discontinuos en los tiempos compuestos, porque el verbo auxiliar está completamente gramaticalizado y no posee otra función que la de marca de tiempo, persona y modo. En la voz pasiva todos los tiempos se forman con el auxiliar ser, también gramaticalizado, y no existen más desinencias de pasiva que las que comporta el auxiliar.

El verbo carece de desinencia de aspecto, pero existe una serie de perífrasis con claro valor aspectual de acción en desarrollo, como estar + gerundio o acabar de + infinitivo. En las gramáticas escolares hasta mediado el siglo XX se hablaba de una conjugación perifrástica, activa y pasiva; hoy las gramáticas más completas hablan de perífrasis de obligación del tipo haber de + infinitivo, tener que + infinitivo, o deber (de) + infinitivo. Sea adecuado o no el tratamiento como voz o como meras perífrasis, son procedimientos muy rentables en español para construir la obligación y hasta los matices del futuro; compárense estos matices en la significación de vendrá, debe venir, tiene que venir, ha de venir.

Otro hecho relacionado con el cambiante paradigma de la voz es la conjugación pronominal, que empezó siendo una conjugación reflexiva y que hoy ha adquirido valor de voz media, como nos tomamos unos cafés. En esos casos el pronombre átono recibe el nombre de anáfora. Este fenómeno no aparece tan extendido en el español americano.

Otros Rasgos Del Español  
El español también se caracteriza por su constante empleo del pronombre se, y el uso vivo del subjuntivo que tantos problemas origina a quienes aprenden español como segunda lengua. Entre las características heredadas del latín debe destacarse la sintaxis y los procedimientos sintácticos para matizar, calificar o convertir en nombres, y por tanto sujetos, a oraciones completas.

Formular una hipótesis es un hecho complejo en español; así puede decirse quizá venga sin matización mayor, o bien, es posible que venga, podría venir, puede que venga, o si viniera. Otras lenguas no matizan con posibilidades gramaticales, sino léxicas, y poseen un inventario mayor de adverbios y frases adverbiales que signifiquen hipótesis. No obstante la complejidad gramatical, la matización y la gradación es mayor que si se realiza por medios léxicos, pues ninguna lengua mantiene muchas palabras de significado tan próximo como el que proporcionan las construcciones anteriores, al menos entre las lenguas no aislantes.

El Español En El Mundo  
El español es, por número de hablantes, la tercera lengua del mundo. Pese a ser una lengua hablada en zonas tan distantes, existe una cierta uniformidad en el nivel culto del idioma que permite a las gentes de uno u otro lado del Atlántico entenderse con relativa facilidad. Las mayores diferencias son de carácter suprasegmental, es decir, la variada entonación, fruto al parecer de los diversos substratos lingüísticos que existen en los países de habla hispánica. La ortografía y la norma lingüística aseguran la uniformidad de la lengua; de ahí la colaboración entre las diversas Academias de la Lengua para preservar la unidad, hecho al que coadyuva la difusión de los productos literarios, científicos, pedagógicos, cinematográficos, televisivos, ofimáticos, comunicadores e informáticos.

Desde España se ha elaborado el primer método unitario de enseñanza del idioma que difunde por el mundo el Instituto Cervantes. El trabajo coordinado de las Academias ha cristalizado en la "Elaboración de la norma culta de las grandes ciudades", que presta especial atención a la fonología y al léxico. Es el segundo idioma hablado en Estados Unidos, que cuenta con varias cadenas de radio y televisión con emisiones totalmente en español; asimismo, y por razones estrictamente económicas, es la lengua que más se estudia como idioma extranjero en los países no hispánicos de América y Europa. Lejanos ya los tiempos en que fue considerada la lengua diplomática, condición en la cual la sustituyó el francés, hoy es lengua oficial de la ONU y sus organismos, de la Unión Europea y de otros organismos internacionales. Ha sido incluido como idioma dentro de las grandes autopistas internacionales de la información como Internet, lo que asegura la constante traducción de las innovaciones informáticas, su difusión e intercomunicación. Donde aparece más incierto el futuro del idioma es en el continente africano, abandonado por razones políticas a la voluntad de sus hablantes; no hay que olvidar que todavía sirve de lengua diplomática junto al francés para el pueblo saharaui. No obstante, todo parece augurar que en el próximo siglo será una de las lenguas de mayor difusión, y quién sabe si en momentos de deseable mestizaje no dé lugar a una lengua intermedia que asegure la comunicación con el continente americano en su conjunto.


español ciclo IV


 

Reglas de la ortografía

     

  1. Introducción
  2. Letras
  3. Sílabas
  4. Letras Mayúsculas
  5. Uso del Acento
  6. Signos
  7. Conclusión
  8. Bibliografía

INTRODUCCIÓN

La universidad… sin lugar a dudas representa el ideal de todo el que quiere cambiar de estatus, ser PROFESIONAL UNIVERSITARIO. Esta categoría implica ser un profesional integral en cualquiera de sus menciones, Ingeniería de la Producción Agropecuaria o Administración de Empresas Agropecuarias; ambas reúnen un estructura académica cónsonas a las necesidades de la región; para desarrollar al máximo los conocimientos, habilidades y destrezas que nos permiten obtener el prodigioso título al que ostentamos… Las cátedras de ciencia, agro, matemáticas, entre otras, nos dan las herramientas para ser aplicadas por nosotros en el momento que así sea necesario, sin embargo, cuando debemos redactar un memo, un informe, o cualquier otro que requiera de un manuscrito nuestro, estos no deben tener errores ortográficos y/o fallas de redacción; por ello en el contenido de este, enmarcamos reglas ortográficas que facilitan la escritura.

DESARROLLO

     

  1. Letras
  2. Sílabas

     

       

    1. Diptongos

       

    2. Triptongos

       

    3. Normas de acentuación de diptongos, triptongos e hiatos:

       

    4. Diptongo es la reunión de dos vocales en la misma sílaba que se pronuncian en un solo golpe de voz.

      Ejemplo: aire, causa, aceite, deuda, boina.

       

      Triptongo es la reunión de tres vocales que se pronuncian en un solo golpe de voz.

      Ejemplo: limpiáis, acariciéis, averiguáis, buey, miau.

      Hiato es cuando dos vocales van seguidas en una palabra pero se pronuncian en sílabas diferentes.

      Ejemplo: león, aéreo, raíz, feo, peana.

       

    Los diptongos y triptongos siguen generalmente las normas generales de la acentuación y se colocará la tilde en la vocal que suena más fuerte.

    Ejemplos: diócesis, diáfano, también, después, huésped, náutico, náufrago, sepáis, lleguéis, limpiéis, averiguáis, cuídalo, cuídame, farmacéutico.

    La "h" muda entre vocales se considera inexistente con respecto a la acentuación de diptongos.

    Ejemplos: desahuciar, rehilar.

    La "y" griega final forma diptongos y triptongos pero nunca se pondrá tilde en los mismos.

    Ejemplos: convoy, Eloy, Uruguay, Paraguay, virrey, Valderaduey.

    Los hiatos siguen, casi siempre, las normas generales de la acentuación.

    Ejemplos: león, aéreo.

    Hay un caso especial que lleva tilde para romper diptongo que no sigue las normas generales.

    Ejemplos: raíz, búho, baúl, Raúl, tío, río, María, cantaría, rehúso, ahínco, caída, iríais, reúne, actúa...

    Palabras compuestas son las formadas por dos o más simples.

    Ej.: Sabelotodo, paraguas, correveidile.

     

  3. Letras Mayúsculas

     

    Se escribe con mayúscula:

    La primera palabra de un escrito y después de punto seguido o aparte.

    Ej.: El camión circulaba despacio. Los coches lo adelantaban por la izquierda.

    En el horizonte se divisaban las montañas nevadas.

    Después de dos puntos, cuando se citan palabras textuales.

  4. Uso del Acento.

     

       

    1. El Acento

       

      En general, el primer elemento de la palabra compuesta pierde la tilde, mientras que el segundo la conserva.

      Ej.: Decimoséptimo, ciempiés, voleifútbol.

      Las palabras compuestas por dos o más elementos unidos por guión conservan la tilde en cada uno de los elementos.

      Ej.: Teórico-práctico, físico-químico.

      Según las últimas normas, los compuestos de verbo más complemento no deben llevar tilde.

      Ej.: Sabelotodo, metomentodo.

      Los adverbios terminados en "-mente", siguen una norma especial: conservarán la tilde si la llevaban cuando eran adjetivos.

      Ej.: Dócil - dócilmente, útil - útilmente, fría - fríamente, alegre - alegremente.

      Los monosílabos, en general, no llevan tilde; excepto los que necesitan "tilde diacrítica".

      Ej.: Fui, fue, vio, dio, Luis, pie, Dios, cien, seis, vais, pez, ven, fe, dos, etc.

      Cuando a una forma verbal se le añaden pronombres personales se le pondrá tilde si lo exigen las normas generales de la acentuación.

      Ej.: Da - Dámelo, lleva - llévatelo, mira - mírame.

      Las letras MAYÚSCULAS llevan tilde como las demás.

      Ej.: Ángel, Ángeles, África, Ávila.

      Los infinitivos terminados en -eir, -oir llevan tilde.

      Ej.: Reír, freír, oír, desoír.

      No llevan tilde los infinitivos terminados en -uir.

      Ej.: Huir, derruir, atribuir, sustituir, distribuir.

       

      Las palabras agudas llevan tilde cuando acaban en vocal (a, e, i, o, u), en n o en s.

      Ej.: mamá, bebé, jabalí, dominó, champú, volcán, compás.

       

      Las palabras llanas llevan tilde cuando terminan en consonante que no sea n ni s.

      Ej.: árbol, carácter, césped, álbum, Pérez.

       

      Las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas llevan tilde siempre.

      Ej.: bárbaro, húmedo, médico, cuéntamelo

       

    2. Palabras Agudas

       

    3. Palabras Graves

       

    4. Palabras Esdrújulas

       

    5. Tilde Diacrítica

       

    La tilde diacrítica sirve para diferenciar palabras que se escriben de la misma forma pero tienen significados diferentes.

    Ejemplo: Llegamos más lejos, mas no los encontramos.

    MÁS = Cantidad. MAS = Pero.

    Reglas de Uso.

  5. Signos :

     

       

    1. De Puntuación

       

    2. De Admiración e Interrogación

       

    3. El Paréntesis

       

    4. El Guión

       

    5. La Diéresis

       

    6. Las Comillas

       

      1.  

      2. El Punto

         

      3. Coma ( , )

         

      4. Punto y Coma ( ; )

         

      5. Dos Puntos ( : )

         

      6. Puntos Suspensivos ( … )

         

      7. El punto es una pausa que indica que ha terminado una oración.

        Clases de punto:

        Punto y seguido: Se usa cuando se ha terminado una oración y se sigue escribiendo otra sobre el mismo tema.

        Punto y aparte: Se usa para indicar que ha finalizado un párrafo.

        Punto final: Indica que ha acabado el escrito.

        Se escribe punto:

        Detrás de las abreviaturas.

        Ej.: Etc. Sr. D. Srta. Sra.

        En las cantidades escritas con números para separar las unidades de mil y de millón.

        Ej.: 1.580, 28.750, 12.435.565

        No se pone punto.

         

        En los números de teléfono

         

        En los números de los años

         

        En lo números de páginas

         

         

        Cuando se cierran paréntesis o comillas el punto irá siempre después de los mismos.

        Ej.: Le respondieron que "era imposible atenderlo".

        Esa respuesta le sentó muy mal (llevaba muchos años en la empresa).

        "Es imposible entenderlo". (Lleva muchos años en la empresa).

        Después de los signos de interrogación y admiración no se pone punto.

        Ej.: -¿Estás cansado? Sí. ¡Qué pronto has venido hoy!

         

        No hay unas reglas exactas para el uso de la coma; pero sí unas normas generales que se detallan a continuación.

        Se usa coma:

        Para aislar los vocativos que van en medio de las oraciones.

        Ej.: Luchad, soldados, hasta vencer.

        Para separar las palabras de una enumeración.

        Ej.: Las riqueza, los honores, los placeres, la gloria, pasan como el humo.

        Antonio, José y Pedro.

        Para separar oraciones muy breves pero con sentido completo.

        Llegué, vi, vencí. Acude, corre, vuela.

        Para separar del resto de la oración una aclaración o explicación.

        La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones.

        Los vientos, que son muy fuertes en aquella zona, impedían la navegación.

        Para separar de la oración expresiones como: esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente...

        Ej.: Por último, todos nos fuimos a casa.

        Para indicar que se ha omitido un verbo.

        Ej.: Unos hablan de política; otros, de negocios.

        Perro ladrador, poco mordedor.

        Cuando se invierte el orden lógico de los complementos en la oración.

        Ej.: Con esta nevada, no llegaremos nunca.

         

        Se usa el punto y coma:

        Para separar oraciones en las que ya hay coma.

        Ej.: Llegaron los vientos de noviembre, glaciales y recios; arrebataron sus hojas a los árboles...

        Antes de las conjunciones adversativas mas, pero, aunque, etc., si la oración es larga. Si es corta se puede usar la coma.

        Ej.: Todo en amor es triste; mas triste y todo, es lo mejor que existe.

        Delante de una oración que resume todo lo dicho con anterioridad.

        Ej.: El incesante tránsito de coches, el ruido y el griterío de las calles; todo me hace creer que hoy es la primera corrida de toros.

        Para separar oraciones yuxtapuestas.

        Ej.: Tendremos que cerrar el negocio; no hay ventas

         

        Se escriben dos puntos:

        Para iniciar una enumeración.

        Ej.: Las estaciones del año son cuatro: primavera, verano, otoño e invierno.

        En los encabezamientos de las cartas.

        Ej.: Mi querido amigo:

        En el saludo al comienzo de un discurso.

        Ej.: Señoras y señores:

        Para reproducir palabras textuales.

        Ej.: Ya os dije el primer día: tened mucho cuidado.

        Después de palabras o expresiones como: por ejemplo, declaro, certifico, ordeno, expone, suplica...

        Ej.: En la zona ecuatorial hay ríos muy importantes. Por ejemplo: el Amazonas, el Congo...

        Para llamar la atención o resumir lo anterior.

        Ej.: Lo primero de todo vean la plaza mayor. Una vivienda ha de estar limpia, aireada y soleada, en una palabra: habitable.

         

      Se escriben puntos suspensivos:

      Cuando se omite algo o se deja la oración incompleta.

      Ej.: Dime con quién andas...

      Para indicar duda, inseguridad, temor o sorpresa con una forma de expresarse entrecortada.

      Ej.: Bueno... en realidad... quizá... es posible...

      Cuando se deja sin completar una enumeración.

      Ej.: Tengo muchas clases de flores: rosas, claveles...

      Cuando se quiere dar emoción.

      Ej.: Y en lo más interesante... se apagó la luz.

      Para dejar algo indefinido o indeterminado.

      Ej.: De la subida de precios... mejor ni hablar. El marisco... ni tocarlo.

       

      En castellano, los signos de interrogación (¿ ?) y admiración (¡ !) se ponen al principio y al final de la oración que deba llevarlos.

      ¿De dónde vienes? ¡Qué bien estás!

      Normas sobre la interrogación y la admiración:

      Cuando la interrogación es indirecta no se usan signos.

      Ej.: No sé de dónde vienes. Dime cómo estás.

      Los signos de interrogación o admiración se abrirán donde comience la pregunta o la exclamación, no donde empiece la oración.

      Ej.: Tienes mucha razón, ¿por qué no han empezado? Se hizo Pablo con la pelota y ¡qué golazo, madre mía!

       

      Se usa el paréntesis ( ):

      Para aislar aclaraciones que se intercalan en la oración, lo mismo que el guión.

      Ej.: Las hermanas de Pedro (Clara y Sofía) llegarán mañana.

      Para separar de la oración datos como fechas, páginas, provincia, país...

      Ej.: Se lee en Machado (pág. 38) esta importante poesía. El Duero pasa por Toro (Zamora).

      Al añadir a una cantidad en número su equivalente en letra o viceversa.

      Ej.: La factura era de 50.000 (cincuenta mil) pesetas.

      Para añadir la traducción de palabras extranjeras.

      César dijo: "Alea jacta est" (la suerte está echada).

       

      El guión se usa (-):

      Para unir palabras.

      Ej.: Se trataron temas socio-políticos. Hubo un acuerdo franco-español.

      Para relacionar dos fechas.

      Ej.: Guerra civil (1936-1939). Rubén Darío (1876-1916).

      Para cortar palabras al final de línea.

      Ej.: pro-mo-ción, con-si-guien-te.

      Consideraciones al cortar palabras:

       

      Una vocal nunca quedará sola.

      ate-neo

      "ll", "rr", "ch" nunca se separan; "cc" sí.

      po-llo, ca-rro, ca-cha-rro, ac-ción

      Monosílabos, siglas y abreviaturas no se separan.

      buey, UNESCO, Excmo.

       

      Para intercalar en una oración una aclaración o comentario.

      Ej.: La isla de Tenerife -según creo- es maravillosa.

      Para introducir diálogos en el texto separándolos de lo que dice el narrador.

      Ej.: - ¿Cómo te llamas?
      - Diego -contestó el valiente.
      - ¿De dónde eres?
      - De Toledo

       

      Se usa la diéresis o crema sobre la vocal "ü" de las sílabas "gue", "gui" cuando queremos que la "u" se pronuncie.

      Ej.: Vergüenza, cigüeña, averigüe, pingüino, lingüística

       

  6.  

    Es cada uno de los caracteres o formas tipográficas del alfabeto, cuya misión es indicar los sonidos con los que se pronuncias las palabras.

    Las letras presentan dos clases de sonidos: vocales y consonantes. Representan sonidos vocales la a, e, i, o, u. Todas las letras del alfabeto se llaman consonantes, porque suenan con las vocales y dejándose oír antes o después.

    Aunque el vocablo letras da a entender los caracteres escritos de que se pronuncian en una sola emisión de la voz. En cada sílaba debe encontrase por lo menos una vocal. Las palabras que tienen solamente una sílaba, se denominan monosílabas; Ejemplos: a, yo, tú, él, haz, vez, Etcétera. Con las sílabas se van formando las palabras, como las siguientes: A- MOR (dos sílabas "bisílaba"); CO-MUL-GAR (Tres sílabas "Trisílaba"); MA-RI-PO-SA (cuatro sílabas "cuatrisílabas"); CON- TRA – MA- ES- TRE (cinco sílabas "quintosílabas)

       

    1. Letra "B"

       

    2. Letra "V"

       

    3. Letra "H"

       

    4. Letra "G"

       

    5. Letras "C", "S, "Z"

       

    6. Letras "R" y "RR"

       

    7. Letra "X"

       

    8. Letras "Y"

       

    9. Se escribe "b" delante de cualquier consonante y en las palabras terminadas en /b/.

      Ej.: Blanco, bloque, mueble, blusa, brazo, brillar, subrayar, pueblo, broma, bruja.

      Se escriben con "b" todas las palabras que empiezan por "bu", "bur", "bus", "bibl".

      Ej.: Burro, buque, burbuja, burla, buscar, busto, biblioteca, bibliotecario.

      Excepciones:

       

      vuestro

      vuestra

      vuestros

      vuestras

       

      Se escriben con "b" las palabras que empiezan por "bi", "bis", "biz" (que significan dos o dos veces), "abo", "abu".

      Ej.: Bienio, bicolor, bisabuelo, bisiesto, biznieto, bizcocho.

      Excepciones:

       

      Vizcaya

      vizconde

      avocar

      avutarda

       

      Se escriben con "b" las palabras que empiezan por "bea", "bien", "bene".

      Ej.: Beatriz, bien, bienestar, beneficio.

      Excepciones:

       

      vea

      veas

      veamos

      vean

      viento

      vientre

      Viena

      venerar

      Venezuela

      Venecia

       

      Se escriben con "b" las terminaciones "aba", "abas", "aba", "ábamos", "abais, "aban" del pretérito imperfecto de indicativo de los verbos.

      Ej.: Amábamos, cantaba, saltabais, iba, iban íbamos.

      Se escriben con "b" todas las formas de los verbos terminados en "aber", "bir", "buir" y de los verbos beber y deber.

      Ej.: Haber, deberán, subíamos, atribuye.

      Excepciones:

       

      hervir

      servir

      vivir

      precaver

       

      Se escriben con "b" todas las palabras terminadas en "bilidad", "bundo", "bunda".

      Ej.: Amabilidad, habilidad, vagabundo, moribunda

       

      Reglas de la "v".

      Se escriben con "v".

      Los tiempos de los verbos cuyo infinitivo no tiene "b" ni "v".

      Ej.: Tuve, tuviese, estuve, anduviera, voy, vas, va.

      Excepciones:

       

      Los pretéritos imperfectos de indicativo "b").

       

      Las palabras que empiezan por "na", "ne", "ni", "no".

      Ej.: Navaja, nevar, nivel, novio.

      Las palabras que empiezan por "lla", "lle", "llo", "llu", "pre", "pri", "pro", "pol".

      Ej.: Llave, llevar, llover, lluvia, previo, privado, provecho, pólvora.

      Excepciones:

       

      probar

      probable

      probeta

       

      Las palabras que empiezan por "vice", "villa, "di".

      Ej.: Vicepresidente, viceversa, villano, villancico, divertir, divisor.

      Excepciones:

       

      dibujo

      dibujar

      dibujante

       

      Las palabras que empiezan por "eva", "eve", "evi", "evo".

      Ej.: Eva, evaluar, evento, evidencia, evitar, evocar, evolución.

      Excepciones:

       

      ébano

      ebanista

      ebanistería

       

      Después de las consonantes "b", "d", "n".

      Ej: Obvio, subvención, adverbio, advertir, enviar, invasor.

      Las palabras terminadas en "venir".

      Ej.: Venir, intervenir, porvenir, devenir.

      Los adjetivos y muchos sustantivos terminados en "ava", "ave", "avo", "eva", "eve", "evo", "iva", "ive", "ivo".

      Ej.: Lava, grave, esclavo, nueva, nieve, nuevo, negativa, detective, adjetivo.

      Excepciones:

       

      lavabo

      criba

      arriba

      cabo

      rabo

      árabe

      sílaba

       

      Las palabras terminadas en "viro", "vira", "ívoro", "ívora"; y los verbos en "ervar", "olver" y compuestos de "mover".

      Ej.: Triunviro, Elvira, carnívoro, herbívoro, observar, reservar, volver, resolver, mover, remover, conmover.

      Excepciones:

       

      víbora

      desherbar

      exacerbar

       

       

      Se escribe con "h":

      Las palabras que empiezan por "hum" + vocal.

      Ej.: Humano, humo, húmedo, humilde, humor.

      Las palabras que empiezan por "ue", "ui", "ia", "ie" y sus derivados y compuestos.

      Ej.: Hueco, huir, hiato, hielo.

      Excepciones

       

      osario

      óseo

       

       

       

      ovario

      óvulo

      ovoide

      oval

      ovíparo

       

       

      De hueco

      oquedad

       

      orfandad

      orfanato

       

      Las palabras que empiezan por "iper", "ipo", "idr", "igr", "emi", "osp".

      Ej.: Hipérbole, hipopótamo, hidroavión, higrómetro, hemiciclo, hospedaje.

      Las palabras que empiezan con "hecto" (cien), "hepta" (siete), "hexa" (seis), "hetero" (distinto), "homo" (igual), "helio" (sol).

      Ej.: Hectómetro, heptaedro, hexágono, heterogéneo, homófono, helio.

      Las palabras que empiezan con "erm", "orm", "ist", "olg".

      Ej.: Hermano, hormiga, historia, holgazán.

      Excepciones

       

      ermita

       

      Todas las formas de los verbos cuyo infinitivo lleva "h".

      Ej.: He, has, ha, habré, haciendo, hecho, haré, hablé, hablaré

       

      Se escriben con "g":

      Las palabras que lleven el grupo "gen".

      Ej.: Genio, general, urgente, tangente, agencia, origen, margen.

      Excepciones:

       

      Jenaro

      Jenofonte

      berenjena

      jengibre

      ajeno

      enajenar

      ajenjo

       

      Las palabras que empiezan por "geo", "gest", "legi", "legis".

      Ej.: Geometría, gesto, legión, legislar.

      Las palabras que empiezan por "in" y después de "n" o "r".

      Ej.: Ingerir, Ángel, vergel.

      Excepciones:

       

      injertar

      injerto

      canjear

      canje

      extranjero

      monje

      tarjeta

       

      Las formas de los verbos cuyo infinitivo termina en "-ger", "-gir", "-igerar".

      Ej.: Coger, acogido, corregir, corregimos, aligerar, aligeraba.

      Excepciones:

       

      crujir

      tejer

       

      Las palabras terminadas en "-gio", "-gia", "-gía", "-gión", "-gioso", "-ógico", "-ógica".

      Ej.: Colegio, magia, energía, región, prodigioso, lógico, biológica.

      Excepciones:

       

      bujía

      lejía

      herejía

      paradójico

       

       

      En muchas zonas donde se utiliza el castellano, sobre todo en Andalucía, Canarias y América, se produce el seseo. Al pronunciar "z" y "c" como "s" pueden surgir dudas ortográficas. Esas dudas son más frecuentes cuando se trata de palabras que se distinguen sólo por dichas letras.

       

      Palabras en las que la "c" y la "s" distinguen significados

      bracero:

      Jornalero, peón.

      brasero:

      Recipiente en el que se hace fuego para calentarse. 

      cebo:

      Comida para animales; engaño para atraer.

      sebo:

      Grasa sólida de los animales

      cegar:

      Dejar ciego; deslumbrar; tapar.

      segar:

      Cortar la hierba o las mieses. 

      cenador:

      espacio en los jardines, cercado y rodeado de plantas.

      senador:

      Persona que pertenece al senado. 

      cerrar:

      Asegurar una puerta con la cerradura; tapar.

      serrar:

      Cortar con la sierra. 

      cesión:

      Renuncia, traspaso, entrega.

      sesión:

      Reunión. 

      ciervo:

      Animal rumiante.

      siervo:

      Servidor, esclavo. 

      cima:

      La parte más alta de una montaña.

      sima:

      Cavidad muy profunda en la tierra

      cocer:

      Someter algo a la acción de cualquier líquido caliente.

      coser:

      unir con hilo. 

      vocear:

      Dar voces.

      vosear:

      Usar "vos" en lugar de "tú". 

       

      Palabras en las que la "z" y la "s" distinguen significados

      abrazar:

      Dar abrazos.

      abrasar:

      Quemar. 

      azar:

      Casualidad, suerte.

      asar:

      Cocinar un alimento al fuego. 

      bazar:

      Tienda, establecimiento.

      basar:

      Asentar sobre una base. 

      caza:

      Acción de cazar.

      casa:

      Vivienda, domicilio. 

      cazo:

      Recipiente usado en la cocina.

      caso:

      Suceso, acontecimiento. 

      maza:

      Herramienta para golpear.

      masa:

      Mezcla; conjunto, multitud. 

      pozo:

      Hoyo en la tierra.

      poso:

      Sedimento que dejan los líquidos en los recipientes. 

      zumo:

      Líquido que se saca de las frutas o plantas.

      sumo:

      Superior a todos, supremo; deporte de lucha. 

      taza:

      Recipiente pequeño con asa para líquidos.

      tasa:

      Acción de poner precio a algo. 

      zeta:

      La última letra.

      seta:

      Planta del bosque sin clorofila. 

       

      Se escribe una "r":

      Al principio y al final de palabra. (Al principio suena fuerte y al final suave).

      Ej.: Ramo, rico, rana, rumor, calor, temer, amar.

      Después de las consonantes "l", "n", "s". (Suena fuerte).

      Ej.: Enrique, alrededor, Israel.

      Después de prefijo "sub".

      Ej.: Subrayar, subrayado.

      En las palabras compuestas separadas por guión, cuando la segunda palabra lleva "r".

      Ej.: Hispano-romano, greco-romano, radio-receptor.

      Sonidos de la "r":

      "r" suave

      Ej.: Puro, cara, coro, loro, pera, pereza, primo, padre, gracia.

      "r" fuerte

      Ej.: Carro, perro, barro, cerro, rata, rosa.

      Se escribe "rr":

      Cuando va entre vocales.

      Ej.: Barril, arrojar, arrear, arriba, errar, garra, corro

       

      Se escriben con "x" las palabras que empiezan por "extra" o "ex" (preposiciones latinas), cuando significan "fuera de" o "cargo" que ya no se tiene.

      Ej.: Extraño, extranjero, extraer, existir, extremo, exministro, exalcalde.

      Se escribe "x" delante de las sílabas "pla", "pli", "plo", "pre", "pri", "pro".

      Ej.: Explanada, explicar, explotar, expreso, exprimir, expropiar.

      Excepciones:

       

      espliego

       

      Otras palabras con "x"

       

      texto

      textil

      léxico

      sintaxis

      oxígeno

      óxido

      próximo

      boxeo

      nexo

      sexo

      taxi

      tórax

      auxilio

      asfixia

      axioma

      filoxera

      flexible

      conexión

      ortodoxo

      luxación

      laxante

      maxilar

      máximo

      pretextar

      saxofón

      sexagenario

      sexagesimal

      taxativo

      examen

      éxito

       

       

    Se escribe "y":

    Al principio de palabra:

    Cuando va seguida de vocal.

    Ej.: Ya, yo, yeso, yate, yacimiento, yegua, yema.

    Al final de palabra:

    Si sobre la letra no recae el acento.

    Ej.: Hay, hoy, rey, ley, muy, buey, convoy, voy, soy, estoy.

    En los plurales de las palabras que en singular terminan en "y".

    Ej.: Leyes, reyes, bueyes.

    Excepciones:

     

    jerséis

    guirigáis

     

    La conjunción copulativa "y".

    Ej.: Pedro y Juan, Isabel y María.

    En los tiempos de los verbos cuyo infinitivo no lleva ni "y" ni "ll".

    Ej.: Poseyendo, oyese, cayó, vaya, creyó, huyó, recluyó.

     

    Ej.: Dice el refrán: "Días de mucho, vísperas de poco".

    A continuación del saludo de las cartas.

    Ej.: Mi querido amigo:

    Recibí tu felicitación...

    La primera palabra que sigue al signo de cierre de interrogación (?) o exclamación (!); a no ser que lleve coma.

    Ej.: ¿Cómo? Habla más alto. ¡Qué alegría! Vente pronto.

    Los nombre, apellidos, sobrenombres y apodos de personas.

    Ej.: Juan, Fernando III el Santo, Pérez, Guzmán el Bueno.

    Los nombres propios de animales y cosas.

    Ej.: Rocinante, España, Amazonas, Everest.

    Los artículos y adjetivos que forman parte del nombre propio.

    Ej.: El Escorial, Buenos Aires, El Salvador.

    Los títulos, cargos, jerarquías y dignidades importantes si se refieren a una persona determinada y si no van acompañados del nombre de la persona a quien se refieren.

    Ej.: Sumo Pontífice, Duque, Presidente, el rey Juan Carlos I.

    Los tratamientos de cortesía, especialmente si van en abreviatura, con la excepción de usted si va escrita la palabra entera.

    Ej.: D., Sr., Dña., Sra., Vuestra Excelencia, Alteza Real.

    Los nombres de una institución, sociedad, corporación o establecimiento.

    Ej.: Museo de Bellas Artes, Diputación Provincial, Tribunal Supremo, Caja de Ahorros, Teatro Municipal, Casa de la Cultura.

    Los títulos de obras, de películas, de obras de arte, de leyes, de cabeceras de periódicos, nombres de congresos y certámenes. Se escribirán con mayúscula todos los nombres y adjetivos del título; excepto si es muy largo que podrá llevarla sólo la primera palabra.

    Ej.: El Quijote, Tratado de Judo, Ortografía Práctica, El Guernica, Festival de Eurovisión, Ley Electoral, El País, Los diez mandamientos, La guerra de las galaxias.

    ¡Atención! Los nombres de días de la semana, meses y estaciones del año se escriben con minúscula.

    Ej.: lunes, martes, agosto, verano.

     

     

    Él

    Pronombre personal

    Él llegó primero.

    El

    Artículo

    El premio será importante.

    Pronombre personal

    Tú tendrás futuro.

    Tu

    Adjetivo posesivo

    Tu regla es de plástico.

    Pronombre personal

    A mí me importas mucho.

    Mi

    Adjetivo posesivo

    Mi nota es alta.

    Verbo ser o saber

    Ya sé que vendrás.

    Se

    Pronombre

    Se marchó al atardecer.

    Afirmación

    Sí, eso es verdad.

    Si

    Condicional

    Si vienes, te veré.

    Verbo dar

    Espero que nos dé a todos.

    De

    Preposición

    Llegó el hijo de mi vecina.

    Planta para infusiones

    Tomamos un té.

    Te

    Pronombre

    Te dije que te ayudaría.

    Más

    Adverbio de cantidad

    Todos pedían más.

    Mas

    Equivale a "pero"

    Llegamos, mas había terminado.

    Sólo

    Equivale a "solamente"

    Sólo te pido que vengas.

    Solo

    Indica soledad

    El niño estaba solo.

    Aún

    Equivale a "todavía"

    Aún no había llegado.

    Aun

    Equivale a "incluso"

    Aun sin tu permiso, iré.

    Por qué

    Interrogativo o exclamativo

    ¿Por qué te callas? ¡Por qué hablas tanto!

    Porque

    Responde o afirma

    Porque quiero destacar.

    Porqué

    Cuando es nombre

    Ignoraba el porqué.

    Qué, cuál, quién, cuánto, cuándo, cómo, dónde

    Interrogativos o exclamativos

    ¿Qué quieres? No sé dónde vives.

    Éste, ése, aquél, ésta, ésa...

    Se permite la tilde cuando son pronombres pero sólo es obligatorio si hay riesgo de ambigüedad.

    Dijo que ésta mañana vendrá.

    Este, ese, aquel, esta, esa...

    Adjetivos o pronombres sin riesgo de ambigüedad

    Este libro es mío. Aquel está dormido.

     

     

Se usan las comillas (" "):

Para encerrar una cita o frase textual.

Ej.: Contestó Felipe II: "Yo no mandé mis barcos a luchar contra los elementos".

Para indicar que una palabra se está usando en sentido irónico no con su significado habitual.

Ej.: Me regaló una caja de cerillas. ¡Qué "espléndido"!

Para indicar que una palabra pertenece a otro idioma.

Ej.: Sonó la alarma y lo pillaron "in fraganti".

Para citar el título de un artículo, poema...

Ej.: Voy a leeros el poema "A un olmo seco".

CONCLUSION

La ortografía no es un mero artificio que pueda modificarse con facilidad. Durante el proceso de investigación para la elaboración de este informe se determinó que, un cambio ortográfico representa una alteración importante para una lengua. La ortografía es el elemento que mantiene con mayor firmeza la unidad de una lengua hablada por muchas personas originarias de países muy alejados. Esto ocurre con el español, el árabe, el inglés o el francés, por poner algunos ejemplos. Si la ortografía cambiara para ajustarse sólo a criterios fonéticos, el español podría fragmentarse en tantas lenguas como regiones del mundo donde se habla, pues poseen algunos hábitos articulatorios diferentes y, si se representaran en la escritura, aparecerían con el paso del tiempo graves problemas de incomunicación por falta de un código común comprensible para todos. La ortografía no es sólo un hecho estrictamente gramatical, sino que también obedece a motivos claramente extra lingüísticos.

BIBLIOGRAFIA

Autor: Arcadio Moreno Aguilar, "Larousse, Ortografía y Gramática" Ediciones Larousse Buenos Aires Argentina, 2000

Autor: Prof. Julio de la Canal, "Mejore su ortografía" Editores Mexicanos Unidos, 2003.

 
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